Ya habiendo asumido que este chiquito me había comido la cabeza,
y sabiendo que era un picaflor intenté por todos los medios olvidarme de él.
Fueron dos meses, diciembre y enero. Periodo que sólo me sirvió para confirmar
una cosa: en la desesperación por encontrar el clavo que sacara al clavito tuve
un reencuentro con Roberto horrible. Era historia. Pero con Martín seguíamos
chateando y chat va, chat viene, un día de fin de enero encuentro la excusa
perfecta para vernos: yo había decidido emborracharme y él me iba a hacer
compañía. Nerviosa como pocas veces en mi vida caminé hasta su casa. Todavía me
acuerdo la ropa que tenía puesta (una pollerita de jean y una remerita turquesa
con rayas). El sexo volvió a ser el mismo de siempre, el tipo de relación no.
Martín buscaba y encontraba la forma de que yo fuera la responsable de nuestros
encuentros. Mi frase del momento era: “Martín me la hace y yo me la dejó
hacer”. Creo que tenía que ver con esto de que yo sentía cosas por él y él
nunca se hizo cargo. Ya cada 1 semana, o 2 nos veíamos. Teníamos la misma
conexión, la misma confianza y cada vez mejor sexo. Llegamos a filmarnos y que
bueno que está ese video…
Llegó junio del 2008 más o menos y así como si a uno le cuentan
que está nublado, el me cuenta por chat que estaba “de novio… o algo parecido”.
Le hice saber lo mal que me hacía esa información. Y se terminó otra vez la
historia para mi. Pasé casi 2 meses sin dirigirle la palabra. Hasta que un día
que estaba muy triste sabía que mi solución era él, una noche con él. Salí
sola, dispuesta a encontrarlo y cumplir mi objetivo… arrancamos de nuevo. Pero
fue cada vez peor. Nuestra relación era excelente por chat, yo no le preguntaba
si estaba de novio, aún hoy no sé si seguía con esa chica durante esta nueva
etapa. Nunca se lo pregunté. Pero nuestros encuentros que ahora eran casi
exactamente los jueves cada 15 días, eran puramente sexuales.
El 21 de noviembre de 2008 fue nuestra última noche juntos.
Nunca más volvió a contactarme para vernos. Dejó de hablarme casi por chat. Un
día de enero husmeando en su Facebook me entero que tiene novia. Y parecía
estar muy enamorado, y las actitudes para conmigo me lo confirmaban. Triste fin
de la historia. Me costó aceptarlo y olvidarlo, pero me lo creí.
A partir de acá verán como todas o casi todas las historias de
alguna manera u otra lo terminan incluyendo a Martín. Es fuerte lo que me pasó
con él, lo que nos pasó. Sigo creyendo que en una primera parte tuve una
percepción errada acerca de lo que él sentía por mi. Estoy segura que también
estaba enganchado y no supo hacerse cargo, tal vez porque era muy niño, tal vez
porque es un picaflor… alguna vez supongo que lo sabré…
A continuación: “EL QUE ADEMAS DE MALA SUERTE, LE ERRÓ CUANDO
ABRIO LA BOCA.. .”
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