sábado, 4 de junio de 2011

EL CHICO DE LA GORRA Y EL RAP

Bueno, basta de cosas coyunturales... acá va la primera historia. Lo pensé mucho, por el miedo de publicar cosas que si bien son mías también son de otras personas. Pero si sigo contando lo de ahora me deprimo.


Este chico que movilizó todo en mí en un momento de mi vida lo llamaremos Roberto. Comenzaba el año 2007 y yo recién terminaba mi relación con mi ex, luego de muchas idas y venidas, en febrero tomé esa decisión de la cual jamás me arrepentí. Perdón Juan, es así, una de las pocas cosas que no me he replanteado en mi vida fue haberlo dejado. Acá arranca lo que fueron mis años de desacatada, hoy en decadencia…
A Roberto lo conozco un par de meses antes, cuando ingreso a trabajar en donde él ya trabajaba. De entrada me pareció un pesado, bastante ridículo y llamativo. Gorrita blanca siempre en la cabeza, músico, cantante específicamente de rap. Debo reconocer que en su momento me parecía que lo hacía muy bien. Locutor, mentiroso y fanfarrón.
Toda la gente del trabajo quería engancharme con él una vez que se enteraron que estaba soltera. Claro, fue él quien empezó preguntando por mí. Con el paso de los días y la soledad a nivel sexual ya acumulada hasta entonces (1 mes habrá sido, 2 como mucho) empecé a mirarlo y a valorarlo. Era simpático y lindo. Y parecía estar muerto por mi. Yo quería pasar un buen momento, una amiga me había dicho al pelearme con Juan algo que en ese momento me pareció genial: “ahora Paola… salí a cogerte al mundo”. Y esa era mi idea con Roberto.
Todo comenzó en un boliche que promocionaba el lugar donde trabajábamos, todos estábamos ahí los sábados. Cerveza va, cerveza viene, música, risas y besos. Por primera vez en mucho tiempo, y vuelvo a pedir perdón a Juan, un hombre me miraba, me prestaba atención, me cuidaba. Esa noche (ya de día) me acompañó hasta la puerta de mi casa… todo muy naif. Me enamoré. Me obsesioné creo.
En esos días ir a trabajar era lo mejor que me podía pasar en el día. Me arreglaba como nunca y no veía la hora de llegar y verlo. Siempre tuve la fantasía de hacerlo en la cocina, en el baño o cualquier oficina con él. Nunca se dio finalmente.
Habrán pasado 2 meses. Salimos, fui a ver un recital suyo, compartíamos la merienda todos los días en el trabajo. Pasamos un fin de semana entero juntos, y claro, yo estaba fascinada, además de todo esto que cuento, era la segunda p… que conocía en mi vida. Y hasta entonces el mejor sexo que había tenido!! Cosa importante. Muy importante.
Hasta que un día y de repente, empieza a esquivarme. Roberto tenía problemitas serios de abstinencia (imaginen de qué) y episodios de crisis bastante seguidos. Yo lo sabía y supuse que se iba a refugiar en mi. No. Todo lo contrario, se alejó. Me mentía acerca de por qué no nos podíamos ver, ya no pasaba a saludarme por mi oficina, etc.
Cuando pude hablar con él me explicó un par de cosas que le estaban sucediendo y me dijo algo que en su momento odie profundamente pero luego de unos años compartí con él: “vos me vas a terminar teniendo lástima”.
Caí en profunda depresión, no paraba de llorar, y lo que durante esos meses me era genial, ir a trabajar, ahora era lo peor. Lloraba sola en los lugares en donde fantaseaba tener sexo con él y en todos lados en realidad. Quería ayudarlo y sentía impotencia porque él no me permitía ni siquiera acercarme. Durante los siguientes meses, y hasta un nuevo reencuentro que tuvimos en agosto, momento en el cual mi cabeza y mi corazón hicieron “click”, la pase mal. Porque yo le seguía gustando pero él no podía con su vida. Me sentía la peor de todas, la más boluda. Era la pelotuda que quiso hacerse la viva y terminó sufriendo. Extrañé un par de minutos la estabilidad con Juan. Pero luego de un crudísimo invierno, pasé la prueba del primero después del último.
Hasta diciembre del año pasado trabajamos juntos. Hoy le tengo un aprecio especial. Tuve mil oportunidades de hablar con él. Reírnos a carcajadas de lo que pasamos juntos, y hasta de consolarlo (sí, lloró) cuando su novia lo había dejado.

A continuación: “EL AMANTE PERFECTO (PARTE 1)”

No hay comentarios:

Publicar un comentario