viernes, 17 de junio de 2011

EL AMANTE PERFECTO (PARTE 1)

Adelanto que esta puede ser una de las historias más difíciles de contar, por su vigencia, por lo que representa, por lo que lo quise, por cómo es, por cómo lo extraño, por cómo me enganche, por cómo me dejó, por cómo volvió, por todo. Y a la vez esta historia que lleva casi 4 años, sigue hoy. Por todo lo que hay que contar la dividí en dos partes o tal vez tenga que hacer una tercera.
Sufriendo andaba yo por Roberto cuando el 22 de agosto de 2007 en medio de este boliche al que íbamos siempre se me sienta al lado mío un chico que dice conocerme de algún trabajo que yo tuve. Poca bola le dí. Luego de algunas palabras cordiales se sienta uno de sus amigos. Eran tres. Hablamos algo y lo veo pasar y hablar con quien estaba intentando sacarme tema de conversación. Martín pasó, me miró, se rió, me acarició el pelo y se fue (me hubiera gustado acariciarle el pelo también en ese momento, bueno, después tuve oportunidad de hacerlo cuantas veces quisiera). A lo diva le dije al que estaba intentando hablar conmigo: “mirá, el único que me gustó de los 3, fue el único que no se sentó a hablar conmigo”, me dijo: “quédate acá que te lo voy a buscar”.
22 añitos tenía Martín en ese momento, yo 26. Precioso, unos rulos increíbles (me encantan los rulientos), flaquito, gracioso y bueno, por sobre todas las cosas eso: un pibe que destila bondad por donde lo mirés.
Esa noche me contó que era profesor de música, que tocaba en una banda, que después me di cuenta que era conocida en la ciudad. Muy tierno. Nos dimos un par de besos y en un momento se pone a contestar un mensaje de texto. Mi pregunta fue si le estaba escribiendo a su novia. “Sí” me dijo. Poco me importó, yo estaba en una etapa en la que quería concretar esto de tener libertades y mi experiencia amorosa con Roberto había sido tan mala que no tenía ganas de engancharme con ninguna historia más. Le conteste: “A mí tu novia me importa un carajo, pero vos… sos un hijo de puta” y le encaje un beso.
Hacía un año que estaba de novio. Mientras eso duró tuvimos una historia muy linda. Sin compromisos ni ataduras pero casi con desesperación nos veíamos 2 o 3 veces por semana. Nos matábamos, y nos queríamos, armamos un vínculo muy agradable, nos divertíamos y por sobre todas las cosas nos conectábamos.
Una de esas noches me pasó algo que aún hoy me hiela la sangre: estábamos durmiendo y yo soñaba que el papá de él tenía un accidente de tránsito y fallecía. Medio que me desperté y lo miraba pensando en lo que estaba sufriendo y cuánto quería abrazarlo. Hasta que desperté totalmente y me di cuenta que no había pasado nada, era un sueño feo. Pero al día siguiente él me cuenta que uno de sus hermanos (del cual nunca me dijo el nombre) había fallecido hacía un tiempo no muy largo de la misma manera en que yo lo soñé. Nunca le conté de mi sueño, me parece que no da. Pensé que podía averiguar en Internet y se me ocurrió de una un posible nombre: Fernando. Era ese… Creer o reventar…
Teníamos tanta piel que logré liberarme, mi experiencia sexual se limitaba a muy pocos hombres y no mucho ingenio. Creo que él era chico y eso hacía que yo me sintiera segura. Ese si era el mejor sexo que tuve en mi vida, y hoy lo sigue siendo. Creo también que esta sensación fue alimentada por esa conexión que teníamos, o tenemos…
Ser la segunda no era lo que me importaba, al contrario, en algún momento llegué a disfrutar esto de que él dejara a su novia de lado para verme a mí. Moría por estar conmigo y yo por estar con él. Pero así estaba bien, sin compromisos.
Desconozco las razones y si fue ella o fue él pero dos meses más tarde se pelea con su novia y lo nuestro nunca más volvió a ser igual. No sé bien que pasó: puedo pensar que el hecho de que él estuviera soltero hizo que yo proyectara en él, en una historia con él. Empecé a querer más de la relación y a la vez a tener más miedos. A perderlo, a que hiciera conmigo lo mismo que con su ex, a no sé qué…
Lo sentí alejado, nos veíamos cada vez menos y un día lo dejé. Le dije que yo estaba enganchada con él y quería más de la relación y que me daba cuenta que a él no le interesaba. Hoy no creo que haya sido tan así. Pero así lo ví en ese momento. Prefería no verlo más. Nada me discutió, simplemente se fue. Igualmente no nos duró mucho…
Claramente va a haber una tercera parte de esta historia… CONTINUARÁ…

A continuación: “EL AMANTE PERFECTO (PARTE 2)”

No hay comentarios:

Publicar un comentario